Situación
El nuevo presidente Álvaro Uribe, que le amen o lo detesten, creó un ambiente nuevo en Colombia a principios del siglo 21. Desde que Uribe llegó al poder en agosto del 2002, la tasa de homicidios bajó del 40%, actos terroristas del 66% y secuestros del 79%. Estas cifras son sensacionales y son una lista bien corta de cifras que deberían cambiar la imagen de muy largo sufrimiento de Colombia.
Además, parece que Colombia abre una nueva página de su historia. Em mercado del trabajo se está ampliando y las inversiones aumentaron de un 70% en el 2004. Para la mayoria de los colombianos que viven en grandes ciudades como Bogotá, eso significa una existencia más libre donde salir en la noche ya no es una actividad muy arrriesgada.
Igualmente importante, Uribe empujó las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) aún más lejos y profundo en la selva, lo que significa calles, ruta y centros de población más suguros.
Uribe también disminuyó el narcotráfico y desmovilizar algunos grupos paramilitares. Unas centenas de grupos paramilitares de derecha se desmovilizaron en cambio de la inmunidad contra persecuciones.
Pero eso es sólo la mitad de la historia. Mientras los carteles de droga de Cali y Medellín fueron desmantelados y la guerrilla debilitada, Colombia tiene que combatir otras cosas. La amenaza más grande proviene de la fuerza más y más grande de los grupos paramilitares, que tejió una tela en la mayoria de las zonas urbanas, incluido Ciudad Bolivar en el sur de Bogotá. Los paramilitares infiltraron este distrito de dos millones de habitantes, organizaron su propia cadena de orden e implementarn una campaña muy brutal de limpiza social. Mataron e hicieron desaparecer miles de personas cuyo único crimen era ser probres.
En las zonas urbanas, los paramilitares ocupan los puestos de producción de coca que dejaron los guerrilleros de las FARC. La fumigación de las cosechas sólo forzó campesinos a buscar otros terrenos para cultivar, incluido parues nacionales donde la tierra está protegida.
Igual ue para los FARC, su repliegue fue aclamado por el gobierno como un éxito en la guerra contra el terrorismo, pero todavia no se puede prever el fin de esta batalla que tarda desde hace 40 años. Gran parte del país sigue sufriendo del horror de la guerra y de la violencia; en el 2005, la provincia de Putumayo en el sur del país vivió un aumento de los ataques de la guerrilla, lo que forzó decenas de miles de personas a huir a Ecuador. Colombia cuenta hoyendia con tres millones de desplazados, la seginda cifra más alta en el mundo, detrás de Sudan.
Uribe, de la derecha ultra nacionalista y aliado del reginmen de Bush, tiene ahora la oportunidad de mejorar aun su campaña controvertida. En octubre de l2005, la Corte Constitucional de Colombia decidió que el presidente podía llevar a cabo un segundo mandato y fue elegido otra vez en el 2006.
